La apitoxina es el veneno secretado por las obreras
de algunas especies de abejas, la cual es usada por las mismas como mecanismo
de defensa contra organismos predadores. Entre los compuestos identificados en
el veneno de las abejas se encuentran péptidos como la apamina, polipéptidos
como la melitina y enzimas como la fosfolipasa A2 y la hialuronidasa.
Recientemente se demostró que los citratos constituyen uno de los principales componentes del veneno de la abeja Apis mellifera (9% del peso seco) y se estableció su posible acción como inhibidores endógenos de enzimas divalentes metalo-ion-dependientes (como las fosfolipasas calcio dependientes). La presencia de citratos en el veneno tendría que ver con su acción sobre receptores de toxinas, sobre los canales iónicos o sobre las toxinas divalentes ionodependientes.
La metilina y la fosfolipasa A2 constituyen los
principales y más abundantes componentes del veneno de las abejas, los cuales
representan alrededor del 70% de dicho compuesto. La metilina es el polipéptido
más abundante en el veneno, seguida por la fosfolipasa A2, en una relación 3:1.
La primera se adhiere a la membrana de los eritrocitos, produciendo hemólisis;
mientras que esta última es el mayor de los alérgenos del veneno y actúa como
agente bloqueador que puede provocar parálisis respiratoria. Experimentalmente,
la actividad letal de la fosfolipasa A2 en ratones es mayor que la de la
melitina y que la de la mezcla de ambas en la combinación natural 3:1, cuando
se analizan por separado; sin embargo, considerando que la actividad de la
melitina es apenas un poco menor que la de la fosfolipasa A2 pero es el
componente más abundante, se considera como el más letal del veneno de las
abejas.
La apamina, otro de los compuestos con acción
biogénica, representa cerca del 2% del veneno total; es menos tóxica que los
compuestos anteriores y se comporta como neurotoxina de acción motora. Además
de presentar un efecto cardioestimulante parecido al de los medicamentos
adrenérgicos, tiene propiedades antiarrítimicas.
Otro 2% del veneno de las abejas está conformado por
el péptido MCD (Mast Cell Degranulation) o factor degranulador de los
mastocitos; es uno de los compuestos responsables de la liberación de histamina
y serotonina en las personas que han recibido picadura de abejas que contienen
apitoxina. Se han identificado además otros compuestos como la fosfatasa ácida,
norepinefrina, dopamina e histamina.
Avances recientes han encontrado que la porción
soluble en agua de la apitoxina es la que ha demostrado poseer mejores efectos
anti-nociceptivos, antiartríticos y antiinflamatorios, debido a que la porción
soluble en etilacetato es la que genera efectos nocivos para la salud. Además
del uso de dicha porción en apiterapia, también se ha establecido que hay una
potenciación en el efecto anti-artrítico en el veneno de abeja si ésta se
aplica en puntos específicos en acupuntura. Sin embargo, el mecanismo
anti-nociceptivo de la apitoxina aún no está bien dilucidado.
Perspectiva
clínica de la terapia con veneno de abejas
Los ensayos clínicos, así como in vitro e in vivo, han
demostrado que la BVT (Bee venum therapy) o apiterapia puede utilizarse en
medicina tradicional para tratar una variedad de condiciones, tales como la
artitis, las enfermedades reumáticas, el dolor y el cáncer. Debido que la
apitoxina contiene al menos 18 componentes activos, incluyendo enzimas,
péptidos y aminas biogénicas, todas las anteriores con una amplia variedad de
propiedades farmacológicas importantes, es esencial identificar un componente individual,
los mecanismos de acción posibles y disponer de una vía de administración y
dosificación adecuada.
Los estudios al respecto han demostrado diversos
mecanismos. La capacidad inhibitoria del veneno de abeja sobre la expresión de
los genes inflamatorios tales como los que codifican COX-2 y la expresión de
PLA-2, así como la generación de mediadores tales como la IL-1, IL-6 y el
TNF-a, podría ser importante para entender el efecto antiartrítico de la
apitoxina y sus constituyentes. Además, al examinar los efectos secundarios de
varios antiinflamatorios no esteroideos, se podría considerar la apiterapia
como tratamiento alternativo para diversas enfermedades inflamatorias, como la
artritis reumatoide.
Curiosamente, la apamina, un bloqueador de estreptoquinasa,
inhibió la constricción traqueal y la liberación de histamina de los tejidos
pulmonares; además dicho péptido, al inhibir la liberación de histamina a
partir de células cebada, se sugiera que puede ser aplicable para las
enfermedades alérgicas.
Por otro lado, la terapia de aplicación subcutánea
de veneno de abeja a través de acupuntura reduce los efectos nociceptivos
viscerales, la hiperplasia mecánica y térmica y el comportamiento del dolor inducido
por formalina. Estos resultados sugieren que la acupuntura también es una
alternativa eficaz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario